A veces tenemos una idea errada sobre la protección que debemos tener para nuestra piel durante épocas de temperaturas bajas. Solemos pensar que son las altas temperaturas las que más daño pueden causar a nuestro rostro y piel, pero durante el invierno también hay mucho por hacer para evitar que nuestra piel se reseque y sienta el cambio climático.
¿Protector solar en invierno?
Absolutamente. El índice de radiación ultravioleta en la nieve es más alto y aunque no sintamos calor, que es el primer signo de alarma para saber que nos estamos quemando, la capa reflectora del sol que forma la nieve puede magnificar la intensidad de sus daños, incluso más que en verano. Un protector solar de alto espectro (mayor a 50), es ideal para estos días, y debe aplicarse, al menos, 30 minutos antes de exponerte al exterior.
¿Sabías también que el descenso de la temperatura disminuye el nivel de sustancias protectoras en la piel? Por eso la aplicación de protector solar es fundamental, y más si practicarás deportes extremos. Los productos con urea, vitamina A y ácido láctico serán aliados ideales de FPS en estas circunstancias. Y recuerda, no olvides aplicarlo en las orejas también.

La hidratación de la piel para las bajas temperaturas
El factor humedad también hay que tomarlo en cuenta con atención. ¿Viste que el primer signo de llegada del invierno en tu piel es la resequedad que sientes en el rostro? El cuerpo es sabio. Es el alerta para empezar a tomar medidas de precaución de cara a las bajas temperaturas. Durante el invierno, la piel puede perder hasta 25% su capacidad para retener la humedad.
Para combatir la deshidratación, conviene hacerlo desde adentro, manteniendo la media recomendada de ingesta de agua al día –aunque te haga ir al baño frecuentemente-, y completando esto con una rutina reforzada de humectante de la piel. Lo importante es “atrapar” la humedad en el rostro y esto se logra con productos que contengan el balance adecuado de ingredientes para incrementar y mantener estos niveles.
También es útil procurar lo menos posible los baños con agua caliente, que aunque son inevitables en invierno, tienen un efecto muy nocivo en la piel. Los cambios bruscos de temperatura también son una amenaza. Entrar y salir con frecuencia de espacios con calefacción a la intemperie es dañino pues facilita la aparición de vasos dilatados y capilares rotos.

Otros tips para que el invierno pase sin dejar huellas en tu piel:
Puede que sea difícil de cumplir, por la época de celebración, pero no hay peor combinación que el alcohol y el tabaco con el frío. Este también es un factor que contribuye a la aparición de rojeces y rupturas capilares, así que, se moderada.
Si además de escudarte del clima, buscas sacarle provecho, el invierno es el momento ideal para realizar tratamientos faciales profesionales para regeneración celular y rejuvenecimiento como peelings, que suelen ser abrasivos y vienen muy bien durante el frío. Los masajes faciales también son ideales porque activan la irrigación sanguínea y la circulación, garantizando un aspecto radiante.
Para cuidar el aspecto de tus manos, olvídate de jabones y toallitas antibacteriales, y prefiere limpiarlas con productos más suaves, intentando aplicar humectante inmediatamente después. No dejes de proteger tus labios con bálsamos hidratantes y exfolia la piel de la cara una vez por semana para asegurar que las cremas hidratantes puedan penetrar bien sin células muertas que obstaculicen esta absorción.
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